5/7/16








                   En la década de los 80, el cantautor chileno Fernando Ubiergo compuso una canción denominada Los de ojos de Rodrigo, esta cuenta la vivencia de un chico de 7 años que presencia la separación de sus padres. La letra de la canción expone el dolor inmenso de ese pequeño en su agónico y silencioso grito del ¡No te vayas! La canción describe cómo su vida se desploma en mil pedazos, cómo su corazón se viste de nostalgia y el mundo para él ya no vale nada. Es el resultado de un quiebre emocional que proviene del abandono y rechazo. El desamparo de la figura paterna provoca en el niño un profundo dolor emocional que tiene sus raíces en los sentimientos de abandono, rechazo y traición. 


Los agentes más importantes en la promoción y reafirmación de los conceptos de identidad y destino en la vida de las personas son los padres, especialmente la figura paterna. El padre es el encargado de mostrar el mundo a los hijos, de consolidar la identidad sexual en ellos, de confirmar el valor de cada hijo como persona, de entregar afecto, protección física y emocional, de proyectarlos y acompañarlos en la realización plena de cada uno de ellos. Cuando la figura paterna no existe, la estructura familiar se ve confrontada con desafíos nuevos e inusuales, donde la madre toma un papel preponderante. Sin embargo, es importante destacar que ella siempre será la madre y no un suplente de la figura del padre. 

El afecto, el sustento protector, el cuidado y la construcción de lazos afectivos y seguros para que el niño crezca y madure son características propias de la madre. Cuando el hijo siente que su vinculo con el padre se ha quebrado y necesita ser consolado, el amor incondicional e incansable de una madre es el soporte emocional que necesita el hijo para reconstruir su vida, afectada por la ausencia del padre. 
Continuar leyendo “Mujeres Jefas de familia” pág 90
Samuel Tapia, Editorial Certeza Argentina

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